¿Como te parecen los contenidos publicados?

miércoles, febrero 02, 2011

EL PASTORCITO MENTIROSO

EL PASTORCITO MENTIROSO

Esta pequeña fabula a la que se refiere el título de este escrito nos enseñó desde niños a no decir mentiras, para evitar perder la credibilidad ante las demás personas, pero parece no haber cumplido su objetivo, y antes por el contrario la mentira se ha vuelto una herramienta de trabajo de muchas personas y entidades del orden local y nacional.

La referencia anterior obedece a una noticia que miré en un diario regional, sobre unos recursos que le fueron asignados al departamento de Córdoba, para atender las necesidades de los afectados por el invierno en materia de alimentación, útiles de aseo y arriendos, me causó mucha alegría por el hecho de que al fin muchos compatriotas que lo perdieron todo o que se encuentran viviendo en condiciones lamentables van a tener una ayudita, para mejorar su situación.

Normalmente me gusta comentar con muchos amigos y compañeros de trabajo sobre los hechos que me agradan en materia noticiosa y me pareció pertinente informarles que al departamento de Córdoba le habían asignado recursos del orden de los 14 mil 500 millones de pesos, para atender los afectados por la ola invernal, pero fue mayor mi sorpresa cuando uno me dijo, nooo profee… eso se lo roban todo… y ahora en tiempos de política le preguntarán primero a las personas, ¿usted por quien va a votar? Y si no es por los que manejan los recursos no les dan ni para hueler…

Inicialmente me desconcertó la opinión del amigo, pero luego de una reflexión juiciosa y una mirada retrospectiva a los acontecimientos de esta naturaleza que han ocurrido en todo el país, uno de verdad que no puede negar que algo de cierto tiene que haber en este tipo de comentarios, que cada vez son mayores en toda la población de los distintos municipios y departamentos de Colombia.

Todos comentan que el ánimo centralizador de los distintos gobiernos no busca sino crear más burocracia y más instancias entre los recursos y los beneficiarios finales, comentaba el amigo en un tono despectivo, “mire le voy a explicar cómo es la vuelta, el recién elegido zar para la reconstrucción nombrado recientemente, saca su tajada, luego llega a los departamentos y los gobernadores sacan la suya y finalmente los alcaldes terminan también sacando su parte y lo peor es que lo poco que quedó, lo reparten como limosnas a sus compartidarios políticos para asegurar los votos y en muchos casos esas ayudas terminan en manos de personas que nunca estuvieron damnificadas, ni por el invierno ni por nada, pero son fieles votantes.

Quise, aunque de manera infructuosa buscar los argumentos para desmentir al amigo, pero ante la contundencia de sus argumentos en ocasiones mal organizados y ante los ejemplos citados, no tuve más remedio que decirle, amigo, eso fue en otros casos y tiempos, pero ahora todo va a ser diferente y él me increpó “no… profe… ya yo no como de ese cuento, siempre alguien viene con esa carreta y al final las cosas terminan siendo como uno ya sabe”, no caiga usted en el cuento del pastorcito mentiroso.

Luego de esta explicación y ya con los ánimos un poco caldeados, comprendí que mi amigo, me hablaba con la voz de las realidades vividas y ante esto no podía esgrimir argumento alguno para rebatir sus opiniones, pero comprendí, al contrario de lo que plantean los militares que “hemos perdido la fe en la causa” ya nadie le cree a los presidentes, gobernadores y mucho menos a los alcaldes, claro que esto no ha sido gratis, son años y años de mentiras y maltrato.

Tal vez por ello es que cada vez que algún bastión de la moralidad pública quiere retomar el discurso ético, no gana sino el desprecio del pueblo raso, que lo escucha y hasta lo elige, pero lo desprecia, en ocasiones creo que como los imperios, estos apátridas se caen por su propio peso, no son casualidades las protestas en todo el mundo, por los abusos de poder de los gobernantes endémicos de 20 y 30 años en la primera magistratura, no son coincidencias, las prácticas del nepotismo para aferrarse al poder, solo es la realidad simétrica que padece todo el mundo y que sin saberlo conducirá a devolverle al poder real al pueblo para poner y quitar gobernantes.

Tendremos que perseverar, para que esto no sea tan indigno y para ver si cuando pregunten por los justos, podamos tirar aunque sea un terrón, hasta que se cumpla lo siguiente: “Y en los días de aquellos reyes el Dios del cielo establecerá un reino que nunca será reducido a ruinas. Y el reino mismo no será pasado a ningún otro pueblo. Triturará y pondrá fin a todos estos reinos, y él mismo subsistirá hasta tiempos indefinidos (Daniel 4:44).

Esp: Rafael Iván Martínez Ricardo

No hay comentarios: